DEL PROGRAMA A LA INSTITUCIÓN: EL IBI

Opinión 2.0 de El Campello

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DEL PROGRAMA A LA INSTITUCIÓN: EL IBI

DEL PROGRAMA A LA INSTITUCIÓN: EL IBI Articulo enviado por: Ángel Sánchez

El debate que puede abrirse tendría que trascender a bajar o subir impuestos, centrándose en las necesidades que nuestro municipio tiene, no para el presente, sino para el futuro.

La próxima celebración de la primera sesión de carácter ordinario del Pleno de El Campello abre la posibilidad de que los diferentes grupos inicien, no sólo la fiscalización de la acción de gobierno a través de las correspondientes preguntas sino el planteamiento de propuestas en forma de moción. Muchas fueron las iniciativas presentadas la pasada legislatura, por ejemplo, pero de escasa incidencia pese a ser aprobadas. Y ésto se debe a que el carácter "legislativo" del Pleno está condicionado, en principio, por la aritmética política por un lado y por la no obligatoriedad de cumplir los acuerdos si el asunto en cuestión es competencia de la Junta de Gobierno o el Alcalde.
 
 
Poniéndonos en el caso concreto de la propuesta de rebaja del IBI que presenta el grupo municipal de Red, si ésta fuese aprobada por el pleno municipal por la mayoría absoluta, sería de obligado cumplimiento al ser competencia exclusiva del Pleno el establecimiento de los margenes impositivos de las tasas e impuestos en los que la ley cede la gestión al Ayuntamiento. 
 
 
Evidentemente estamos hablando de un impuesto a través del cual se financia una buena parte del presupuesto municipal, por lo que, en mi opinión, al hablar de rebajas paralelamente hay que referirse a disminución de recursos, de ahí que creo que la presentación de una propuesta ( legítima y coherente con el planteamiento del grupo proponente) de rebaja, apelando exclusivamente al superavit que en gran parte se ha alcanzado por lo recaudado a través de los impuestos ,pero no exclusivamente, pues tendríamos que atender igualmente a si se ha gastado menos, por ejemplo. Y a ésta cuestión me quiero referir como argumento: el superavit, evidentemente se debe al incremento de la recaudación pero también a la no inversión de ese incremento. 
 
 
Por otro lado, la incidencia de la rebaja propuesta en el recibo es, lógicamente, desigual: afecta más a quienes pagan más, y en menor grado a los que pagan menos. Los recibos mayoritarios son, por así decirlo, de cantidades medias ( entre 200 y 500 euros al año), por lo que sería interesante entrar en un debate paralelo: ¿la gente prefiere el ahorro en el recibo anual o la mejora de los servicios e inversiones?.
 
 
Sería interesante plantear esa pregunta a través de una encuesta para conocer el sentir de la ciudadanía en éste asunto ( aprovecho y apelo a desarrollar,desde el área de estadística, la elaboración de sondeos, utilizando estrategias diversas,  sobre cuestiones de interés para conocer, de alguna manera, el sentir de la ciudadanía). Por otro, habría que valorar y evaluar qué supone la rebaja del IBI en los recursos municipales, no sólo para 2020, sino a medio y largo plazo.
 
 
Mi opinión, respetando la legitimidad del grupo proponente ( al ser el asunto del IBI uno de los catalizadores de la propuesta electoral), es que el debate, al menos desde posiciones políticas cuya convicción sea la mejora de la calidad de vida de la mayoría a través de la redistribución de los recursos, debería centrarse en eso: redistribuir la riqueza generada y no en recortarla.
Pero centrándonos en la moción y su resolución, creo que el actual gobierno de coalición no la aprobará, proponiendo posponer el debate a los futuros presupuestos, desde donde hablar de los ajustes posibles en función del proyecto político que éstos expresen. La oposición tiene la posibilidad de abrir un debate que, huyendo de ese cierto "maniqueísmo" sobre las excelencias individuales de bajar impuestos, ponga en valor la redistribución a través de la mejora de servicios y programas.
 
 
No se cual será la decisión que finalmente tomará el Pleno municipal, pero lo que si tengo claro es que el debate que puede abrirse tendría que trascender a bajar o subir impuestos, centrándose en las necesidades que nuestro municipio tiene, no para el presente, sino para el futuro. Y ésto pasa por elaborar una agenda política donde, por ejemplo, las inversiones a realizar estén acordadas con la suficiente antelación para que su ejecución sea posible, y no ocurra como ha venido sucediendo en los últimos años, donde la improvisación ha marcado y dado sentido a esa retórica que, siendo cierta coyunturalmente (impuestos confiscatorios, en general) encierra un elemento de cierta perversidad: incremento exponencial de un superávit inútil, que no incide de ninguna manera en la vida cotidiana de los y las campelleros y campelleras


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