AHORA, GOBIERNO.

Opinión 2.0 de El Campello

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AHORA, GOBIERNO.

AHORA, GOBIERNO. Articulo enviado por: Angel Sanchez

Del equilibrio en los acuerdos, de su proporcionalidad y de la capacidad de reconocer los argumentos de las partes, va a depender la estabilidad de un gobierno que, pese a, seguramente ser minoritario, puede y debe liderar un avance tras cuatro años de estancamiento político e institucional.


 
La democracia se fundamenta en dos principios que pueden entrar en conflicto, máxime si nos ubicamos en un escenario tan fraccionado como el que han arrojado las urnas en las últimas elecciones. Estos principios son, el de representación y el de formar gobiernos estables y coherentes.
 
 
El principio de representación se ha manifestado en las urnas, propiciando un arco político municipal amplio: ocho grupos han conseguido representación. Ahora, concretar el principio sobre la formación de gobierno, parece que va a ser algo más complejo.
 
 
La pasada legislatura, con un pleno municipal igualmente fraccionado, se daban las condiciones para un gobierno coherente entre formaciones políticas de un espectro ideológico en parte compartido. Y esos anclajes ideológicos, además de propiciar una alternativa mayoritaria de investidura, impidieron que, tras la ruptura de la mayoría, se propiciase una alternativa igualmente coherente. La estabilidad, si con ello nos referimos a la permanencia, al “estar”, ha sido en la pasada legislatura, alta. Pero si hablamos de la eficacia, o la eficiencia en concretar políticas, posiblemente la legislatura no superaría un mínimo análisis crítico sobre hechos (que no sobre relatos).
 
 
 
Pero en la presente legislatura, esos mismos anclajes ideológicos, reforzados por una representación fracturada, se han debilitado. La perdida de dos concejales del bloque de investidura de 2015 ( uno EUPV y uno Podemos), y la desaparición del concejal que Demócrates obtuvo, junto con la entrada de Vox y Red, plantean una perspectiva diferente.
En los últimos días se han publicado diferentes noticias respecto a la investidura que se producirá el próximo día 15 de junio. Las hipotéticas (porque, como se reconoce en la misma noticia, uno de los socios necesarios, “ni confirma ni desmiente”)conversaciones entre Ciudadanos y el Grupo Socialista han venido acompañadas de las declaraciones, tanto de Esquerra Unida como de Compromís sobre su apoyo a la investidura de un Alcalde socialista.
 
 
 
Entre los cuatro sumarían los votos suficientes para la investidura, aunque el gobierno futuro, en caso de acuerdo, volvería a ser en minoría con toda probabilidad (Esquerra Unida o Podemos difícilmente entrarían en un gobierno de coalición con Ciudadanos). Otra noticia aparecida el 5 de junio, apunta a las “líneas rojas” que la dirección de Ciudadanos ha establecido con carácter genérico para negociar gobiernos. Pero si se lee bien a Villegas, éstas líneas se suavizan en lo local, por lo que el respiro que pudieran tener los más votados (como es el caso de nuestro pueblo), se pospone hasta ver como se desarrolla el dialogo abierto entre las formaciones políticas locales, a excepción del PP, que parece que esperará a que los que quieran se dirijan a ellos en una (en mi opinión) incomprensible actitud.
 
 
 
Las posibilidades están abiertas. Ahora es el turno de los representantes electos de, como decía, su altura de miras y su actitud para conformar un gobierno capaz, no solo de gestionar el día a día, sino de abordar los grandes retos que a corto y medio plazo tiene El Campello. Y en ésta coyuntura, será indiferente la etiqueta del gobierno pues parece que, haya o no una coalición mínima, todo dependerá de apoyos de terceros o cuartos actores para concretarlos en políticas públicas de interés colectivo.
 
 
 
Las preferencias en cuanto a acuerdos y coaliciones serán interpretadas por los representantes de la ciudadanía. Si aciertan o no, se verá, no en cuanto a los socios elegidos, sino, insisto, en las políticas acordadas. Aunque personalmente estoy seguro de que, sea de la forma que sea, el nivel de descontento de partida en uno u otro bloque va a ser alto, con lo que la legitimidad del proceso va a depender también del nivel de transparencia y participación que los actores involucrados sean capaces de desarrollar.
 
 
 
La legitimidad de los diferentes actores, como decía, vienen en origen de la decisión de las urnas, y será una cuestión a tener en cuenta. Creo que no se debería cometer el mismo error en el que se cayó con el pasado “equipo de gobierno”, constituyendo un gobierno supeditado al cargo, donde la legitimidad fue, o delegada incondicionalmente o absorbida. Del equilibrio en los acuerdos, de su proporcionalidad y de la capacidad de reconocer los argumentos de las partes, va a depender la estabilidad de un gobierno que, pese a, seguramente ser minoritario, puede y debe liderar un avance tras cuatro años de estancamiento político e institucional.
 


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